domingo, 8 de diciembre de 2013

...estremecimiento de diamante...

Hace algunas semanas me encontré con este poema que Gonzalo Rojas le dedicara al buen John Lennon. Y hoy que se cumplen 33 años de su asesinato (ya sé que me he vuelto muy efemeridiano, me vale) se lo comparto con el comentario del poeta que presenta Fabienne Bradu.


ADIÓS A JOHN  LENNON


Acostúmbrate, John, a verlas por el periscopio
de mármol, a palparla
desde ahí tan lejos en tu escafandra
de raso,

                       ah y por liturgia
aunque sea sábado y sigas
teniendo 22 tocando
durmiendo toca hasta el fin,
estremecimiento de diamante,

                                                                             no
huelas la locura de estas rosas.

~~~

"El otro día estuve yo oyendo una suerte de versión de la música de los Beatles, especialmente de lo que John había hecho. Y aquello me desestimuló frente a otro estímulo que me encendió: el recuerdo del departamento de John Lennon, que quedaba muy cerquita de mí en Nueva York, durante mi estancia en 1980, cuando lo matan como se sabe".

[En Íntegra, Obra poética completa, ed. de Fabienne Bradu, FCE, México, 2012.]

Imagen extraída de thetakeaway.org


lunes, 26 de agosto de 2013

Nubes tijeras barriletes lápices [Cortázar poeta (!?)]

Como siempre, me aprovecho de las efemérides para postear algo. Hoy toca el turno a Julio Cortázar y la faceta que nadie pela, la de poeta (quizá se vea por qué). 

Y ya.


Cinco últimos poemas para Cris

I
Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.
       
II
Anoche te soñé
sacerdotisa de Sekhmet, la diosa leontocéfala.
Ella desnuda en pórfido,
tú tersa piel desnuda.
       
¿Qué ofrenda le tendías a la deidad salvaje
que miraba a través de tu mirada
un horizonte eterno e implacable?
       
La taza de tus manos contenía
la libación secreta, lágrimas
o tu sangre menstrual, o tu saliva.
       
En todo caso no era semen
y mi sueño sabía
que la ofrenda sería rechazada
con un lento rugido desdeñoso
tal como desde siempre lo habías esperado.
       
Después, quizá, ya no lo sé,
las garras en tus senos, colmándote.
       
III
Nunca sabré por qué tu lengua entró en mi boca
cuando nos despedimos en tu hotel
después de un amistoso recorrer la ciudad
y un ajuste preciso de distancias.
       
Creí por un momento que me dabas
una cita futura,
que abrías una tierra de nadie, un interregno
donde alcanzar tu minucioso musgo.
       
Circundada de amigas me besaste,
yo la excepción, el monstruo,
y tú la transgresora murmurante.
       
Vaya a saber a quién besabas,
de quién te despedías.
Fui el vicario feliz de un solo instante,
el que a veces encuentra en su saliva
un breve gusto a madreselva
bajo cielos australes.
       
IV
Quisiera ser Tiresias esta noche
y en una lenta espera boca abajo
recibirte y gemir bajo tus látigos
y tus tibias medusas.
       
Sabiendo que es la hora
de la metamorfosis recurrente,
y que al bajar al vórtice de espumas
te abrirías llorando,
dulcemente empalada.
       
Para volver después
a tu imperioso reino de falanges,
al cerco de tu piel, tus pulpos húmedos,
hasta arrastrarnos juntos y alcanzar abrazados
las arenas del sueño.
       
Pero no soy Tiresias,
tan sólo el unicornio
que busca el agua de tus manos
y encuentra entre los belfos
un puñado de sal.
       
V
No te voy a cansar con más poemas.
Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices,
y acaso alguna vez
te sonreíste.

lunes, 19 de agosto de 2013

De barcos y estúpidas (O de fragmentos literarios en la red )

En estos tiempos en que nos valemos de las redes sociales para conocer y saber de muchas personas y muchas cosas es normal que la literatura (y la gente interesada en ello) halle cabida en ese espacio tan misterioso como fecundo y truculento. La circulación de contenido de este tipo es desmedida, y llaman, algunas veces, poderosamente la atención haciendo que olvidemos el autor o el contexto en que fueron enunciadas o producidas.

La inmensidad de información con que se cuenta en internet da pie a que la gente tienda a «engañar» a los demás mediante citas atribuidas a autores de renombre. Con la supuesta confianza en internet debemos creer que aquello que aparece en imágenes con texto son de quien dice firmar. Además, el formato de dichas imágenes provocan un efecto de certeza en lo que leemos, es decir, si tiene un filtro y aparece el autor en una pose de verdaderamente estar enunciando lo que aparece a un lado, es que realmente lo dijo. Por cosas como la siguiente deberíamos (la gente debería) desconfiar de lo que se topa en la red:



Uno de los casos que más me llaman la atención es el de Pablo Neruda y su archiconocida frase, no acreditada –hasta donde hay noticias– en ninguno de sus libros, de las flores y la primavera. Lo curioso es que siempre aparece en campos como «citas de Neruda» sin decir más: sin un «contexto», ni mucho menos el origen de la cita.


La imagen/fragmento literario que interesa para esta entrada es bien curiosa y es un caso de raro al hallarse frente al origen de la cita atribuida. Contaré la anécdota: La vi en facebook por primera vez y me pareció una de esas citas rotundas de tan claras, vi que era de Cesare Pavese, es decir, había sido traducido del italiano al español; por puro gusto quería encontrar el original y leer más de la producción pavesiana. Tal es el archivo digital:


Algunos de mis contactos en facebook que le dieron difusión lo consider(ab)an un «poema». La imagen de arriba no parece indicarlo muy claramente, ¿por qué si es parte de un poemario de Pavese, pensémoslo así, aparece el nombre del autor bajo el textito?, y ¿si, en cambio, era parte de otro texto? (Así parece, pues asemeja que el texto fue escaneado y se ven las letras del reverso de la hoja).

El que pareciera ser el título es una de las pistas a seguir ¿el «poema» se llama así, «Una casa en el océano»? ¿Cómo ha de llamarse en la lengua original?

Una búsqueda en ese compendio maravilloso que es Google me llevó a descubrir que la imagen y ese título peculiar provienen no de un poema llamada «Una casa en el océano», sino de una novela de Guillaume Musso, La mujer de papel (La fille de papier): había dos procesos de traducción implicados, del italiano al francés y de éste al español. Ya llevábamos algo de avance. El epígrafe al primer capítulo, «La maison de l'océan» (nótese el cambio del artículo), de la novela en francés (aquí leerás un extracto), dice:

Il arrive qu'une femme rencontre une épave et qu'elle décide d'en faire un homme sain. Elle y réussit parfois. Il arrive qu'une femme rencontre un homme sain et décide d'en faire une épave. Elle y réussit toujours.

Cesare PAVESE,
ha pasado literalmente a la versión española.
Luego, hallé que la cita de Pavese se encontraba en una especie de diario, Il mestiere di vivere (Diario 1935-1950), donde él prácticamente anotaba todo lo que venía en gana y figura más una compilación de aforismos e ideas, un «simple estuche de frases maravillosas» –así dice Zaid sobre las acumulaciones de fragmentos citables en El secreto de la fama–. Pavese sería hoy, sin duda, hoy un tuitstar.

Pero, como se dice por ahí, la verdad es otra. En italiano la situación es interesantísima, la traducción italiana de la novela sí indica de dónde proviene la cita de Pavese (La ragazza di carta –puede leerse el primer capítulo aquí–) y así es como lo apunta nuestro autor italiano el 3 de agosto de 1937:
Una donna che non sia una stupida, presto o tardi, incontra un rottame umano e si prova a salvarlo. Qualche volta ci riesce. Ma una donna que non sia una stupida, presto o tardi trova un uomo sano e lo riduce a rottame. Ci riesce sempre. [edición al cuidado de Marziano Guglielminetti y Laura Nay, Torino, Einaudi, 2000]
y la traducción al español hecha por Esther Benítez para Bruguera en 1980:
Una mujer que no sea una estúpida encuentra, más pronto o más tarde, un desecho humano y trata de salvarlo. A veces lo consigue. Pero una mujer que no sea una estúpida encuentra, más pronto o más tarde, un hombre sano y lo reduce a un desecho. Siempre lo consigue.
Es probable que Musso haya citado de memoria a Pavese y ahí se haya perdido el «que no sea una estúpida». Es algo que suele pasar. Una búsqueda en Google muestra que así como aparece en la novela así se suele reconocer en francés la mentada cita (habría que buscar la edición francesa de Il mestiere...). ¿Acaso habrá pensado que era machista? La labor del traductor, lo sé, es ingrata pero esto lo rebasa (hasta divertirnos y, estando ociosos, publicar este tipo de entradas)

¿Por qué en la versión española aparece un barco en pedazos que se hace hombre?, ¿por qué precisamente un barco? Internet o, más probable, la traducción española de La fille de papier –que al parecer de esa versión deriva la imagen en red–, nos ha cambiado algunas palabritas: estúpida desaparece para que haga lo que quiera con un barco en pedazos (jamás dice que puede encontrarse con un barco sano, ¿verdad?)

Yo creo que a los franceses no les gustó que la palabra «estúpida» apareciera en una cita memorable no sólo por lo que dice, mas por la forma de decirlo. Musso, o por mejor decir, su memoria, parece que mejoró al distorsionar la frase pavesiana y un lapsus provocó que así se difundiera en español y de ahí corriera como la pólvora, se hiciera viral en facebook y la gente llenara sus muros con ésa y otras falsas e incompletas atribuciones de que estamos llenos.

                                                     Vale.

miércoles, 24 de julio de 2013

Tres de poemas de Rubens Rodrigues Torres Filho (con traducciones mías)

Hace no mucho encontré no sé dónde un par de libros de poesía brasileña, que adquirí de inmediato. Uno de ellos es Poros de Rubens Rodrigues Torres Filho. No sabía nada del autor, pero tanto la edición primero como una hojeada después, me animaron a dar el paso siguiente y llevármelo a casa.

No es un poeta al que podamos meter (encasillar) en una tradición. Por lo que se ve en este poemario, hay rasgos del modernismo brasileño. También hay una preocupación por escribir acerca de los procesos de la poesía (si es que los tiene), una búsqueda de camino poético, un lenguaje sencillo, mas cuidado, que acaba por complacer.

Comparto con ustedes (si es que hay algún asiduo visitante de este lugar) tres poemas de Torres Fº. traducidos por mí.





A ELA ADORMECIDA

Lento navio de teu corpo
dormindo a parte voltada
                      para dentro.
Teu sono digere a noite

e a outra metade espera
tal qual laranja cortada.
Arco-íris ao contrário,
todas as cores são bege.

Mesmo que tivesses asas
não dormirias tão largo,
em tal ausência.
Giras em torno das voltas
que te giram em torno. Entornas
a âncora das viagens
que te desenham na água.

Maravilhoso perigo
de tua forma precária.


A ELLA, ADORMECIDA

Lento navío de tu cuerpo
durmiendo la parte volteada
                       para adentro.
Tu sueño digiere la noche

y la otra mitad espera
tal naranja cortada.
Arco iris al contrario,
todos los colores son beige.

Aunque tuvieras alas
no dormirías tanto,
en tal ausencia.
Giras en torno a las vueltas
que te giran en torno. Entornas
el ancla de los viajes
que te delinean en el agua.

Maravilloso peligro
de tu forma precaria.

*****

HAPPY BEGINNING

Nesse mesmo instante
nossos lábios se uniram
por si mesmos
e ela já me murmurava entrebeijos: — Sinto
que vamos nos amar (no sentido figurado) agora mesmo.


HAPPY BEGINNING

En ese mismo instante
nuestro labios se unieron
por sí mismos.
y ella ya me murmuraba entre besos: — Siento
que nos vamos a amar (en sentido figurado) ahora mismo.

*****

CÁ, ENTRE NÓS

Você me olhou. Só que isso,
você já sabe, me deixa gago,
                                               embaraçado.
Feito a meada de que perco o fio.
Quanto mais encontrar agora a frase certa
e alerta
para tocar-te, sem perder o humor. Como acertar
o gesto, o dito que entre nós estabeleça
aquela transparência de corações
que seria algo tão bom, tão oportuno
neste momento, para algum
dos dois?


ACÁ ENTRE NOS

Tú me miraste. Sólo que eso,
tú ya sabes, me deja gago,
                                         abochornado.
Hecho la madeja de la que pierdo el hilo.
Cuanto más encontrar ahora la frase cierta
y alerta
para tocarte, sin perder el humor. ¿Cómo acertar
el gesto, el dicho que entre nosotros establezca
aquella transparencia de corazones
que sería algo tan bueno, tan oportuno
en este momento, para alguno
de los dos?


Aquí un link con información del poeta-filósofo-traductor.

domingo, 21 de julio de 2013

Vaffanculo!

GEOGRAFÍA Y PAISAJE

Es el país el que mandamos
a los amargos enemigos. Colinda al sur
con la Chingada, al este con la Porra,
al oeste puntual con la blandengue Goma
—seráfica, esdrújula, eufemística.

Todos los arbitrarios, los antipáticos,
deben ir hacia allá, y sin remedio.

Mira cómo se extienden sus valles sepias,
sus cafetales del más puro
e hiriente perfume, sus aromas malignos.

Mira los ríos ocres, las montañas pardeantes,
los desfiladeros opacos en forma
de cilindros y roscas
de un cristal arrojadizo.

Mira la geografía de este país bendito.
Pues bien decimos su nombre cuando
allá mandamos a los adversos,
a los tontos, a los ineptos, a los cínicos,
a los criminales. Buena pro les haga.


                               David Huerta, La mancha en el espejo, en prensa.

sábado, 13 de julio de 2013

jueves, 27 de junio de 2013

Una (pequeña) nota sobre la riqueza del español

Siempre suele hablarse de las dificultades de comprensión entre los hablantes de una lengua extendida por muchos continentes, los casos más claros son el del inglés y el del español. Los dialectos, pues, representan una parte esencial en la amplitud y riqueza de una lengua.
En la Universidad, hace poco, mi compañera tenía que hacer un trabajo en equipo para acreditar una materia (Literatura Mexicana del s. XIX) y entre las posibilidades de equipo había hacerlo con una española que estaba de intercambio indefinido en México. Las cosas fluían con aparente calma: sentían que aportaba ideas sobresalientes, relevantes... hasta que llegó la hora de elaborar el producto final del equipo, un video donde se explicara el tema asignado a cada grupo; las ideas surgieron al por mayor, la susodicha española (con el mismo nombre que el de mi compañera) planteó contratar a un dibujante que ilustrara la explicación del tema en cuestión (la intertextualidad y la intermedialidad).
Hippie y extraña como pocas, sabía de una italiana dibujante que no entendía nada de español. Ahí nacían los problemas. Quizá la tensión de final de semestre para los de acá provocaron que la extranjera les llevará la contra en todo. Eran cuatro contra una que no se dejaba convencer y se obstinaba en ver sus ideas en la práctica, derrotando al grupo de mexicanos que empezaba a no quererla tanto (odiar suena feo).
Como suele suceder (y no es cosa que me moleste, más al contrario, me agrada escuchar a ciertas personas –y mi compañera es una de ellas–), yo sabía de la incipiente aversión a la catalana en pláticas que servían de liberación de un poco de enojo. En ellas solía decirse que Anna (tal era el nombre de la ibérica) era una necia. Yo sabía bien que quería decir terca. 
Imagínense (yo lo hice) que el equipo le decía a Anna que era una necia. De seguro se hubiera enojado porque dudaban de sus capacidades intelectuales sólo por no querer estar de acuerdo. Es aquí que vale la pena traer lo que dice el DRAE sobre “necio”:

necio, cia.
(Del lat. nescĭus).
1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. U. t. c. s.
2. adj. Imprudente o falto de razón. U. t. c. s.
3. adj. Terco y porfiado en lo que hace o dice. U. t. c. s.


La primera acepción es la más conocida y usada en España. La tercera, en cambio, es a la que se acude en México. De ahí que en nuestra supuesta situación hubieran salido chispas y en verdad habría habido resentimiento. Por suerte, sólo le dijeron que, pues la catalana quería más conocer el país y dejarse llevar que hacer un video sin su amiga itálica, trabajarían con un amigo de mi compañera que entendió muy bien la idea del equipo y fue bastante más accesible.
Y es que tratar con necios es tan difícil que en verdad uno llega a pensar que son necios. O ya no sé qué.


jueves, 9 de mayo de 2013

Poesía y flamenco

Rafael Alberti es uno de esos poetas que siempre estarán al alcance de la mano, para recurrir a sus poemas bajo cualquier motivo. En la lectura de su poesía aparecen algunos temas con recurrencia, tales como el mar (un inseparable, por el anhelo de regreso, de la memoria del poeta), la afición por la pintura y la plástica (él mismo era dibujante) y la pasión provocada por la mujer (pienso en los "sontos corporales" y algunos pequeños poemas dispersos). Es por ello que comparto un poema suyo, "Amparo" (de Entre el clavel y la espada [1939-1940], acompañado de una versión musical hecha por Diego el Cigala.

Amparo
               (A Arturo Mom)

Amparo.
Vine a tu mar de trigos y caballos.

Tu mar dulce tenía
sabor de plata amargo,
de plata, sin saberlo, en agonía.

Te vi en el puerto, Amparo.
Hermosa de la luz, contra los barcos.

Te vi, tú me veías.
Morena del silencio,
de la palabra ya de tierra, fría.

De la otra mar de sangre,
llegué a tu mar llorando.
Hermosa de la gracia,
clavel de altura, Amparo.

Te oí, tú no me oías.
Morena del reposo,
hermosa del descanso.

Mírame aquí cantando,
por ti, a lágrima viva.
Morena de lo ido,
hermosa de las luces ya perdidas.

Amparo.
Vine a tu mar de trigos y caballos.
(Adonde tú querías.)


domingo, 24 de febrero de 2013

Porque se ha de saturar la red de poesía

he decidido transcribir –ergo, compartir– poemas o fragmentos de poemas recogidos-vistos-leídos-oídos en el camino.

EL CRECIMIENTO

Con la palabra inauguramos, damos vida.
Yo te nombro la playa de mi cuerpo,
la bahía de mi boca,
el abra de mis brazos.
Yo te nombro callada,
yo te nombro vibrante.
Te digo aves, te digo remolinos.

Espeso ahora mi juventud, tú la adulteces.
Grave ahora mi corazón, tú me lo sanas.
Tú me haces crecer como la tierra plantas,
como la tierra uvas,
como la tierra creces.
Y yo crezco contigo.
Me haces crecer sobre tu cuerpo
y soy como una enredadera
tendido entre tus brazos.

Peso ahora tu corazón y el mío:
peso lo doble.

                                     Jaime Labastida, en Animal de silencios, Fondo de Cultura Económica, México, 1996.


viernes, 1 de febrero de 2013

Otro poema de RBN

Ahora, un poema de El manto y la corona:


              15

Por este lado estoy tranquilo:
cuando por torpe o triste o por cansado,
nada pueda decirte,
te enseñaré un poeta muerto
que desde mí te cante
claramente, fielmente, alegremente,
lo que soy, lo que tengo, lo que es tuyo.

En otro tiempo dije muchas cosas
del amor; eran falsas
unas, otras tan ciertas
como si ya te hubiera conocido.

Bien lo sé: tú no quieres esas cosas;
no tomas para ti lo que fue escrito
antes de que vinieras.

Pero piensa que todo
lo que no he dicho es solamente tuyo;
que he despertado
de un sueño largo, oscuro, y que me encuentro
contigo en todas parte, que me nacen
silencios y palabras ordenados
que iré copiando cuidadosamente
para decirte que te quiero.

Y tú sabrás a ciegas que son tuyos
–palabras y silencios– porque en ellos
te mirarás ahora; en lo que digan
ya no habrá soledad ni desamparo,
y será la tristeza una palabra,
no más, que se recuerde.

Rubén Bonifaz Nuño

La muerte de Rubén Bonifaz Nuño no es una pérdida como otras: es una que cala hondo.
Sin duda, es cierto que, al perder nuestra lengua un escritor de su talla, pierde un poco de sí; pierde la presencia de un hombre entregado por completo a la cultura universal en muchas de sus manifestaciones, pero, ya lo decía Horacio, la poesía y el resto de la obra de Bonifaz no morirá del todo. No morirá mientras circulen sus versos –en un país donde la poesía se lee entre poco y nada–, mientras esos pocos fieles lectores de poesía lo sigan leyendo y recordando en cada charla, se sentirá fuertemente a RBN.

Tuve, junto con mis amigos, la dicha de conocerlo y cruzar palabras con él. Fuimos invitados a tres de sus cumpleaños: el 86, el 87 y el 88; yo fui invitado y acudí a todos ellos debido a la amistad con Jimena, hija de la señora Paloma, compañía infatigable de Rubén; cada año iba, por razones inexplicables, con alguien diferente de mis amigos. Cada una de esas veces le agradecíamos por su poesía y su pasión inconmensurable por la vida y la literatura: siempre esbozaba una sonrisa sincera antes de dar otra mordida a su pambazo, una fumada a su cigarro o morder su pastelillo de elote. El 88, fue el último que celebró un cumpleaños en su oficina rodeado de la gente que lo quiere –que lo querrá eternamente–; fue una celebración diferente, ya su salud comenzaba a verse delicada, pero eso no impidió que le llevaran un gaitero de Las Islas y tocara para él, ahí en su oficina del primer piso de la Biblioteca Central.

Ha muerto el poeta, el hombre universitario, el gran Rubén Bonifaz Nuño, poeta extraño en muchas formas. Nunca quiso que se le reconociera como hacían otros poetas, no, él quiso dedicarse y dedicar gran parte de su vida y su obra a la Universidad. Eso, lo marginal, lo ensalza aún más: es un poeta que merece ser leído –uno espera– como es leído Sabines, por ejemplo.

La noticia de su muerte me ha entristecido severamente, lo estoy llorando; puedo asegurar que el mismo impacto ha tenido en mis amigos Daniela y Enrique con quienes particularmente he compartido momentos de dicha y de dolor causados por la lectura de los versos de "Boni", los cuales, de hoy en adelante, no se nos podrán olvidar por muchos motivos (ser un hombre abierto para con los estudiantes es uno de ellos, de los que serán recordados).

Transcribo a continuación un poema suyo de Los demonios y los días:

                  38
¿Cuál es la mujer que recordamos
al mirar los pechos de la vecina
de camión; a quién espera el hueco
lugar que está al lado nuestro, en el cine?
¿A quién pertenece el oído
que oirá la palabra más escondida
que somos, de quién es la cabeza
que a nuestro costado nace entre sueños?

Hay veces que ya no puedo con tanta
tristeza, y entonces te recuerdo,
Pero no eres tú. Nacieron cansados
nuestro largo amor y nuestros breves
amores; los cuatro besos y las cuatro
citas que tuvimos. Estamos tristes.
Juntos inventamos un concierto
para desventura y orquesta, y fuimos
a escucharlo serios, solemnes,
y nada entendimos. Estamos solos.

Tú nunca sabrás, estoy cierto,
que escribí estos versos para ti sola;
pero en ti pensé al hacerlos. Son tuyos.

Ustedes perdonen. Por un momento
olvidé quién estaba hablando.
Y no sentí el golpe de mi ventana
al cerrarse. Estaba en otra parte.

                (En Los demonios y los días, FCE, México, 2006. Edición facsimilar.)


Gracias y hasta siempre, Rubén.

domingo, 13 de enero de 2013

Recordemos a Ramón

En estos días se cumplen 50 años de la muerte de Ramón Gómez de la Serna, Ramón, uno de los más grandes escritores en lengua española y uno de los grandes exponentes del vanguardismo. Pongo aquí unas cuantas greguerías, género propiciado por él, tan únicas y tan refinadas como ellas solas.


* El arco del violín cose, como aguja con hilo, notas y almas, almas y notas.

* La espina dorsal es el bastón que nos tragamos al nacer.

* «Ídem», buen seudónimo para un plagiario.

* Cuando al casorio se le llama himeneo, parece que va a haber boda con rumba final.

* Las espigas hacen cosquillas al viento.

* Lo más importante de la vida es no haber muerto.

* Diccionario quiere decir millonario en palabras.

* Nostalgia: neuralgia de los recuerdos.

* Dos en un auto: idilio. Tres: adulterio. Cuatro: secuestro. Cinco: crimen. Seis: tiroteo con la Policía.

* El hielo se derrite porque llora de frío.

* Lo que más le molesta a las estatuas de mármol es que tienen siempre los pies fríos.

* Comió tanto arroz que aprendió a hablar el chino.

* Lo irracional es así: el animal que se mira en un espejo cree que es un amigo o una amiga, nunca él mismo.

* La golondrina llega de tan lejos porque es flecha y arco al mismo tiempo.

* Lo único que comen las puertas son esas nueces que les damos a partir.

* La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad.

* La gaita es una especie de vino musical.

* El sostén es el antifaz de los senos.