jueves, 20 de marzo de 2014

Apostilla a otro jueves

13

Esta noche te cruzan
verdes, rojas, azules, rapidísimas
luces extrañas por los ojos.
¿Será tu alma?
¿Son luces de tu alma, si te miro?
Letras son, nombres claros
al revés, en tus ojos.
Son nombres: Universum,
se iluminan, se apagan, con latidos
de luz de corazón. Universum.
Miro; ya sé; ya leo:
Universum cinema, ocho cilindros,
saldo de blanco junto a las estrellas.
Te quiero así inocente, toda ajena,
palpitante
en lo que está fuera de ti, tus ojos
proclamando las vívidas
verdades de colores de la noche.
Las compraremos todas
cuando se abran las tiendas, ahora mismo
Universum cinema–, cuando bese
las luces de tu alma, sí, las luces,
anuncios luminosos la vida
en la noche, en tus ojos.

Pedro Salinas en Fábula y signo.

Gimferrer y la trampa de las palabras



las palabras,/ estos bultos de sombra que pronuncian
el nombre/ de jardines secretos

Un fragmento de Joan Brossa aparece como epígrafe a Els miralls, primer poemario en catalán de Pere Gimferrer: «Un juego de espejos/ permite ver el otro lado del poema»; es una frase que demuestra una de las constantes de su poesía: los espejos/sistemas de espejos. Esto se ajusta a una concepción de la poesía que afirma que la realidad es fugaz, incierta e imposible de alcanzar; todo se mueve en un mundo de apariencias, se vuelve ambiguo, vano.
Sin embargo, en la poesía de Gimferrer se deja ver la importancia que tiene para el poeta el recurrir a los sentidos, pues para él es de vital importancia tomar hechos directos y hablar no de abstracciones sino de experiencias. «By love possessed» habla de eso, de la posesión del amor, que empieza por un beso, veamos qué se dice:

Me dio un beso y era suave como la bruma
dulce como una descarga eléctrica
como un beso en los ojos cerrados
como los veleros al atardecer
pálida señorita del paraguas
por dos veces he creído verla su vestido…

se habla del beso y para ensalzar el hecho recurre a una descripción de lo que la mujer le provoca, que realiza mediante imágenes que van de la propia experiencia del autor y apelan a la del lector. La bruma, la descarga eléctrica, el beso en los ojos y los veleros al atardecer, es una carga de experiencias que confluyen en una: la experiencia del enamoramiento.
Un aspecto digno de atención es la «ruptura idiomática», que podemos definir como una «omisión» de las reglas ortográficas, apostando además por una carga fónica. Gimferrer no sólo es consciente de lo que quiere decir sino de cómo se ha de decir; apuesta por construir una prosodia característica del verso y por hallar una relación entre los ritmos versales y sintácticos. Esto puede verse al menos en el fragmento del poema que menciono arriba, cómo no se sirve de las comas para hacer la enumeración, pues tanto la disposición versal como el ritmo sintáctico configuran la prosodia de la que he hablado.
Otro de los aspectos de la obra poética de Pere Gimferrer —ya vimos el uso lúdico de la lengua y el recurso de experiencias sensoriales— es el collage, la superposición que se acerca a la acumulación de imágenes. Esto puede verse en «Antagonías» que a la vez que puede considerarse un poema barroco también puede tenerse como un metapoema, digo esto por el uso de frases encerradas en paréntesis, un rasgo que precisa de una enunciación diferente y que confluye en la reflexión de los giros que hace el propio Gimferrer.

el espacio y el tiempo de un poema, el tono en que se dice,
el ritmo de lectura, las pausas, los silencios, lo que alude
                                                                   entre paréntesis,
(lo que un poema alude entre paréntesis)
la superposición de imágenes que aluden a la muerte, al amor,
                                                          al transcurso del tiempo
(la superposición de imágenes que aluden al poema)
cuando en la noche una voz se detiene, se hace una pausa
                                                 en la lectura, se alza la mirada
para contemplar el fuego reflejado en el espejo,
y todo queda entre paréntesis,…

Se hacen aquí evidentes: la auto-referencialidad del poema, la conciencia de la prosodia pues escribe sobre la lectura del poema, de este poema, quizá; nos hace darnos cuenta de lo que uno puede pensar al leer un poema («se hace una pausa/ en la lectura, se alza la mirada…»), y que al regresar a la lectura todo queda suspenso, «entre paréntesis».
Tras esto, vuelvo al epígrafe de Brossa, es probable que ya se entienda su sentido, este poema (como muchos otros) demuestra la potencia transmutadora de la lengua, reflejada como en un juego de espejos, descubriéndonos así la trampa de las palabras de este mundo del que habla la poesía.