Hoy fui a la calle de Donceles a ver qué podía encontrarme en la mar de libros que ahí se ofrecen, luego de visitar algunas librerías, pasé a una donde había una generoso descuento; pregunté por el libro que he estado buscando desde hace algunos meses: Odiseo de Agustí Bartra. Como es un poema, mandé al joven que ofreció su ayuda a que buscara en la sección de POESÍA, quizá ahí, además, se hallaran algunos otros libros del mismo autor. No fue así.
Decidió buscar en la sección de NOVELAS, donde encontró La luz en el yunque y llegó a mí muy contento, pues había encontrado al autor, al menos. Cuando vi el libro me emocioné: es un título de aquella colección de Lecturas Mexicanas casi inencontrable. Me sorprendí porque el libro es una antología de la poesía de Bartra, poesía, poesía, pero estaba en la parte de novela.
Le pregunté que si lo había hallado en ese pasillo, me respondió con orgulloso "Sí". Yo estaba contrariado y no se me ocurrió más que decir salvo un "es que esto es poesía" y en mi cabeza resonaban –resuenan– las palabras del Lobo Sapiens, con su acento peculiar, que suelen terminar esa frase que dije casi sin pensarlo: "…y muchas otras cosas".
La poesía, entonces, aparece donde menos se espera causándonos gratas sorpresas. De eso se trata la poesía de estar a la expectativa respecto de las cosas del mundo, de aquellas que conocemos y de aquellas otras que requieren ser nombradas de nuevo; de eso y muchas otras cosas.
Un límite vasto y sospechoso sobre cualesquier cosas que están alrededor de nosotros. Versiones y traducciones. Blog de notas (de chaquetas) mentales.
sábado, 15 de diciembre de 2012
jueves, 6 de diciembre de 2012
Esercizio #4190
(Sense
Al menos, hazme una
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